La Restauración Conservadora

El Congreso de Viena, grabado de época
Derrotados los ejércitos napoleónicos, las potencias absolutistas creyeron que había llegado la hora de restaurar en toda Europa el Antiguo Régimen, el mismo que la Revolución Francesa había querido borrar para siempre.

En junio de 1815 se realizo el Congreso de Viena  (Austria). El encuentro fue presidido por el canciller austriaco Klemens von Metternich, un hábil diplomático. El principal objetivo del Congreso fue la restauración del régimen político anterior a la Revolución Francesa. Para conservar la paz, Metternich consideraba que era necesario restaurar a los legítimos monarcas, quienes preservarían las instituciones tradicionales.

La restauración se fundamento en tres principios elementales:
  • El de Legitimidad, que restauraba el poder a los legítimos reyes;
  • El de compensación, por el cual algunos países recibirían territorios en compensación por los daños sufridos, y
  • El del equilibrio del poder, que buscaban impedir que una nación llegar a adquirir un poder amenazar al resto de Europa.

Estos tres principios significaron un balance de fuerza políticas y militares que garantizaban la independencia de Europa y el mantenimiento de la paz entre las principales potencias.

Una de las medidas de la Restauración fue la de restablecer la monarquía en Francia. Luis XVIII, con la ayuda de Gran Bretaña, se convirtió en el nuevo rey.

Los acuerdos de paz de 1815 marcaron el principio de una reacción conservadora cuyo objetivo era contener a las fuerzas liberales y nacionalistas surgidas luego de 1789 en Europa. Metternich y sus seguidores representaban una fuerza política llamada Conservadurismo, cuya base era la justificación de la monarquía como elemento esencial para mantener a la sociedad unida.

El nuevo orden Europeo


Para garantizar los acuerdos de 1815, las principales potencias establecieron lo que algunos historiadores llamaron el Concierto de Europa. Se trato de una metodología para mantener el statu quo que habían conseguido. Así, en septiembre de 1815, con la iniciativa del Zar Alejandro I, se formo la Santa Alianza entre Rusia, Austria y Prusia para asegurar los principios cristianos y salvaguardar la paz.

Para garantizar los acuerdos de 1815, las principales potencias establecieron lo que algunos historiadores llamaron el Concierto de Europa. Se trato de una metodología para mantener el statu quo que habían conseguido. Así, en septiembre de 1815, con la iniciativa del Zar Alejandro I, se formo la Santa Alianza entre Rusia, Austria y Prusia para asegurar los principios cristianos y salvaguardar la paz.

Sin embargo el Concierto de Europa quedo reafirmado con la creación de la Cuádruple Alianza. Esta alianza creó una organización destinada a garantizar el cumplimiento de los tratados impuestos a Francia, pues temían que aun existiera un espíritu revolucionario en aquel país. Los miembros de la Cuádruple Alianza acordaron además reunirse en periódicos congresos para analizar la situación política del continente.

Así, entre 1818 y 1822 se celebraron cuatro congresos. El primero, en Aix-la-Chapelle, decidió retirar las fuerzas de ocupación en Francia e incorporar a este país como un quinto aliado. Otra reunión realizada en 1820 debió analizar qué medidas tomar respecto de los intentos revolucionarios que habían ocurrido en España (contra Fernando VII) e Italia Metternich propuso el llamado “principio de intervención”, lo que daba a las potencias aliadas el derecho de enviar tropas a los países donde hubiera revoluciones. Gran Bretaña se rehusó a ratificar este principio y el concierto de Europa quedo disuelto.

A pesar de los intentos de los congresales por mantener la paz lograda, los cambios sociales, jurídicos y políticos nacidos con la Revolución habían sentado las bases para distintos procesos revolucionarios.